No bien se hubo apoderado el enemigo del extremo oriental de los Vados, apareció una compañia de hombres u orcos-hombres (evidentemente preparados para la ocasión), feroces, vestidos de cota de malla y armados de hachas. Se precipitaron sobre el islote y lo atacaron desde ambos lados. Al mismo tiempo Grimbol, en la orilla oeste, fue atacado por las fuerzas de Saruman que había en esa orilla del Isen. Al mirar hacia el este, afligido por el estruendo de la batalla y los espantosos gritos de victoria lanzados por los Orcos, vio a los hombres armados de hachas que rechazaban a las fuerzas de Théodred de las orillas del islote hacia la loma no muy alta que había en su centro, y oyó la fuerte voz de Théodred que gritaba: ¡A mí, Eórlidas! Casi en seguida Grimbol, llevando unos pocos hombres que estaban cerca, volvió corriendo al islote. Grimbol, hombre de gran fuerza y estatura, lanzó un ataque tan feroz contra la retaguardia del enemigo, que se abrió camino con otros dos, hasta que llegó a Théodred, acorralado en la loma. Demasiado tarde. cuando llegó a su lado, Théodred cayó herido por un orco-hombre. Grimbol dio muerte al orco-hombre y se irguió sobre el cuerpo de Théodred creyéndolo muerto; y allí habría muerto también él si no hubiera sido por la llegada de Elfhelm.
(...)
Esta vez fueron los isengardeanos los sorprendidos. Oyeron el trueno de cascos y vieron venir, como negras sombras, recortadas sobre el este en penumbra, un gran ejército (tal parecía) con Elfhelm a la cabeza, y junto a él, un estandarte blanco llevado como guía de aquellos que lo seguían. Pocos se quedaron en su puesto. La mayoría huyó hacia el norte, perseguidos por dos de las compañías de Elfhelm. a las otras las hizo desmontar para guardar la orilla del este, pero sin dilación, y con los hombres de su propia compañía, se precipitó hacia el islote. Los portadores de hachas se vieron atrapados entonces entre los defensores sobrevivientes y el ataque de Elfhelm, con las dos orillas todavía en posesión de los Rohirrim. Siguieron luchando, pero antes de acabar el día fue muerto hasta el último hombre.
Cuentos Inconclusos, III, V. Las Batallas de los Vados del Isen
Debido a esto, los Rohirrim consiguieron mantener los Vados siete días más, y el ejército de Saruman, cumplido ya su objetivo de matar a Théodred, se retiró. Un error que luego se reveló fatal, puesto que si Saruman hubiese vuelto a atacar los Vados inmediatamente, habría conseguido entrar en Rohan y los refuerzos que venían de Edoras no habrían podido atrincherarse en el Abismo de Helm y habrían sufrido derrota en campo abierto.
Bueno, y ahora, si alguien se ha molestado en leerse todo esto, paso a explicar cómo representaremos esto:
Dado que las fuerzas de Saruman atacan a los Rohirrim en ambas márgenes del Isen casi a la vez, aprovecharemos la coyuntura para hacer una ¡carga doble! :D
Así pues, haremos lo siguiente. Habrá dos grupos de Rohirrim, uno en cada margen del río. Lo del islote va a ser más complicado y no lo haremos. Entonces cargarán los dos ejércitos de Saruman a la vez, y un poquito después, en medio de todo el mogollón, llegará Elfhelm triunfante y hará la megacarga final.
Espero que no muera nadie. Que el Señor esté con vosotros.
Bueno, y ahora, si alguien se ha molestado en leerse todo esto, paso a explicar cómo representaremos esto:
Dado que las fuerzas de Saruman atacan a los Rohirrim en ambas márgenes del Isen casi a la vez, aprovecharemos la coyuntura para hacer una ¡carga doble! :D
Así pues, haremos lo siguiente. Habrá dos grupos de Rohirrim, uno en cada margen del río. Lo del islote va a ser más complicado y no lo haremos. Entonces cargarán los dos ejércitos de Saruman a la vez, y un poquito después, en medio de todo el mogollón, llegará Elfhelm triunfante y hará la megacarga final.
Espero que no muera nadie. Que el Señor esté con vosotros.
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